Tengo que confesar que la primera vez que escuché hablar de Malaui tuve que buscar en el mapa donde estaba. Ubicado en el sureste del continente africano, hace frontera al norte con Tanzania, al oeste con Zambia y con Mozambique al sureste. Un inmenso lago baña su costa este. Un dato curioso a cerca del lago, debido a sus dimensiones también se le conoce como lago calendario, 365 millas de norte a sur (días del año) y 52 millas de ancho (semanas en el año). El país está dividido en 3 grandes regiones: norte, centro y sur que a su vez se dividen en 27 distritos. Lilongwe es la capital del país, Blantyre, al sur, la capital económica. Con una población de alrededor de 21 millones de habitantes, Malaui es uno de los países más densamente poblados de esta zona de África. La mayoría de los habitantes viven en zonas rurales, muchos en comunidades muy tradicionales. Malaui vive fundamentalmente de la agricultura y de la ayuda internacional. La estructura económica del país refleja el bajo nivel de desarrollo económico. El sector primario todavía representa un tercio de la economía y genera la mayor parte del empleo en el país. La mayor producción agrícola corresponde al maíz, un pequeño guiño al producto estrella de Malaui en nuestro logo. La agricultura depende en gran parte de las condiciones climáticas, por lo que es un sector muy vulnerable. La actividad pesquera también es importante, especialmente en la zona del lago Malaui, emplea a más de 200.00 personas de forma directa o indirecta. El ingles es el idioma oficial de país y el chichewa el idioma nacional. La religión es importante para los malauíes, aproximadamente el 80% de la población es cristiana y alrededor del 13% musulmana. Aunque la enseñanza es obligatoria solo el 50% de su población finaliza la educación primaria.

Además del trabajo en el hospital, durante los dos meses aprovechamos a conocer el país. Nuestros primeros días libres los pasamos en Cape Maclear, un destino bastante turístico aquí en Malaui. Está ubicado en la zona sur del lago Malaui y aquí se encuentra el Parque Nacional Lago Malaui (Lake Malawi National Park). Nos alojamos en Mgoza Lodge, en habitaciones dobles con baño privado. Lo que solíamos hacer en nuestros viajes, tanto en este segundo año como en el primero en el que estuvimos juntos, era negociar el precio de la estancia una vez allí. Algunas veces al principio y otras al final de la estancia. Generalmente solía salirnos bastante bien, aunque tengo que decir que nos llevamos alguna sorpresa.

En este caso pagamos 15.000 kwachas por persona y noche (unos 7,5 euros al cambio del momento). Un par de días muy tranquilos en los que pudimos disfrutar de chapuzones en el lago Malaui. De hecho, fue la primera cosa que hice nada más despertar. También dimos un paseo en barco hasta la isla Thumbi. Hicimos snorkel en uno de los extremos de la isla y me sorprendió muchísimo la cantidad de peces que vimos, especialmente en mi segundo año. Comimos en una pequeña playa en esta misma isla, kanpango a la brasa (pez gato típico del lago Malaui), arroz y vegetales, comida incluida en el precio del paseo (27.000 kwachas por persona – 13.5 euros). Antes de regresar al lodge pasamos por unas formaciones rocosas por las que se puede saltar al lago. Pasamos un día divertido y muy agradable. Por la noche decidimos dar una vuelta por el pueblo. Nuestra idea era cenar en Fat Monkeys Lodge pero se nos hizo tarde y la cocina había cerrado. Generalmente los restaurantes suelen cerrar pronto, algo a tener en cuenta. No hay mal que por bien no venga. De camino hacia nuestro alojamiento pasamos por Cape Mac Lodge y sorpresa, la cocina aún estaba abierta. ¡Cené una de las mejores hamburguesas que recuerde haber comido en mi vida! ¡Un diez!

Los siguientes días libres también los pasamos en el lago, esta vez en Nkhudzi Bay. Algo más al sur que Cape Maclear, está zona del lago nos ofrece algo parecido a lo ya mencionado. Nos alojamos en Nkhudzi Lodge, en pequeñas cabañas dobles con baño privado. El precio fue de 15.000 kwachas (7.5 euros) por persona y noche. El tiempo no nos acompaño demasiado. Aún así, hicimos un pequeño tour en barco, de aproximadamente hora y media. En un pueblito cercano al lodge vimos como un grupo de pescadores sacaba una enorme red del agua. Fue interesante y muy bonito ver como se ayudaban los unos a los otros y como repartían la pesca a partes iguales entre todos. También fuimos en busca de cocodrilos e hipopótamos. En esta zona del lago es posible verlos de vez en cuando. No tuvimos suerte. El hombre local que nos acompañaba nos comentó que en días de mucho viento los animales suelen resguardarse en una zona donde no es posible acceder en barco. Tanto Jesús como yo, guardamos un recuerdo muy bonito de este sitio, descripción gráfica en la siguiente foto.

El tercer fin de semana quisimos hacer algo diferente. Nos decantamos por visitar la zona de Ntchisi Forest. Colinas, campos y pueblos tradicionales malauíes forman la reserva de Ntchisi Forest. Un verdadero paraíso. En el siglo XIX, antes de convertirse en zona protegida, sirvió de refugio a la tribu local Chewa para protegerse de los ataques de los Ngonis. Gracias a jugar un papel tan importante en el refugio de esta tribu, Ntchisi Forest ha podido resistir a la deforestación, deforestación que desafortunadamente han sufrido tantas y tantas tierras en África. Esta reserva conserva parte de la selva que aún podemos encontrar en el país. La carretera para llegar hasta el alojamiento es toda una aventura pero el traqueteo tiene su recompensa. ¡Y vaya recompensa! Nos alojamos en Ntchisi Forest Lodge, un sitio precioso. Alojamiento decorado con un gusto exquisito, y unas vistas maravillosas, algo que sinceramente no esperaba encontrar aquí. Llegamos tarde y ya era de noche. La cena estaba preparada. ¡Vaya espectáculo! Una crema de setas, una ensalada de garbanzos, pollo y arroz. El postre terminó de conquistarme, un helado de nueces de macadamia, exquisito. Reservamos un par de habitaciones, un dormitorio para 5 personas y otra habitación doble, ambas con baño privado. Siento decir que olvidé apuntar lo que pagamos por la estancia. Recuerdo que fue bastante más caro que lo que veníamos pagando en los sitios mencionados pero mereció muchísimo la pena. ¡Ambos volveríamos una y mil veces! Levantarse en este paraíso fue un sueño, charla mañanera con los compañeros esperando el desayuno y a disfrutar. Yo pedí una french toast, un bol de frutas y un capuchino. Después de refrescarnos en la piscina dimos un pequeño paseo por la zona. Hay distintas rutas que se pueden realizar saliendo desde el alojamiento, con dificultad y tiempos para todos los públicos.
Por la tarde salimos a hacer una ruta, algo más larga que la de la mañana. Salimos del lodge siguiendo la ruta blanca. Cogimos la ruta azul para enlazar con la ruta roja y así disfrutar de un maravilloso atardecer en el “sunset rock”. La cena, otra delicia. Tartaleta de cebolla caramelizada, pollo y lasaña vegetal. De postre el delicioso helado de nueces de macadamia. Una pena haber tenido solo un par de días para disfrutar y relajarse en este maravilloso sitio.
Siguiente destino Parque Nacional de Liwonde (Liwonde National Park), el tan ansiado safari. El año anterior ya visité este parque. Aún habiendo tenido la suerte de poder hacer algún otro safari en otros países africanos, tengo que decir que este parque tiene algo especial. En temporada de lluvias, desde octubre a mayo, el parque se tiñe de verde y el río Shire inunda muchas de sus partes. Un verdadero espectáculo. En relación a cantidad de animales no ha sido el parque donde más diversidad he visto pero solo el paisaje merece muchísimo la pena. Aún así, este último año tuvimos mucha suerte. ¡Sigue leyendo para saber lo que pudimos ver!

La idea era alojarnos en Liwonde Safari Camp, el lodge en el que el año anterior nos habíamos alojado. Parece que llevaba cerrado más de un año, nosotros no pudimos encontrar nada en internet a cerca del cierre. Llegamos a la puerta y nadie nos abrió. Decidimos probar suerte en Kutchire Lodge. Llegamos muy tarde y al no haber avisado previamente no pudimos cenar, nos fuimos directamente a dormir. Sobre las 9 de la mañana salimos en el “game drive” o safari. Fue un drive de unas 3 horas en el que vimos muchísimos antílopes, facóqueros, muchas aves, hipopótamos en el río e incluso una familia de elefantes. Fue precioso. Al volver al alojamiento nos llevamos una sorpresa bastante desagradable al ver que nos faltaba dinero.
Hablamos con los trabajadores y dueños del alojamiento y llegamos a un acuerdo “justo”. Justo entre comillas ya que literalmente alguien robó nuestro dinero. Imprevistos aparte, por la tarde hicimos un “boat trip”, un safari en barco por el río Shire. Recuerdo que el año anterior hicimos uno pero la zona del río en el que hicimos el tour este año me gustó muchísimo más.

Al día siguiente madrugamos para entrar al parque a las 6 de la mañana. Todo estaba muy en calma, parecía que todos los animales dormían. Y de repente… una leona en frente de nuestro coche. El corazón me dio un vuelco, el momento fue mágico. He de decir que los felinos en general son mis animales favoritos. Pasarían unos 20-30 minutos hasta que la leona desapareció entre la maleza. En este mismo safari pudimos ver un búfalo, varias familias de elefantes y familias de antílopes que no habíamos visto el día anterior. Nuestro guía Angel fue fantástico, recomendado 100%.
En nuestros siguientes 2 días libres, volvimos al lago, esta vez a Nkhotakota. Nos alojamos en Nkhotakota Pottery Lodge. Tenía muy buen recuerdo de la vez anterior que estuvimos. Nos alojamos en 2 habitaciones grandes, una de 4 camas y otra de 3 con baños a compartir entre todos. Pagamos 35.000 kwachas (17.5 euros) por persona y noche. Al igual que en los anteriores destinos de lago los días fueron relajados. Baños en el lago y mucho sol. El día no acompañó demasiado el miércoles por lo que decidimos aventurarnos a hacer piezas de cerámica. El lodge ofrece esta actividad. Se pueden realizar piezas en torno o pintar las ya hechas. Yo decidí optar por la segunda opción. Pasamos un rato muy agradable y divertido. Un sitio muy recomendable. En esta zona también se puede visitar la reserva Nkhotakota (Nkhotakota Wildlife Reserve), es una de las dos áreas salvajes más grandes de Malaui y también ofrecen safaris.

Los fines de semana iban llegando a su fin. Esta vez decidimos ir a Zomba, una ciudad del sur de Malaui. En nuestra presentación ya mencioné esta preciosa ciudad, a los pies del “plateau”. Un destino único que ofrece innumerables rutas a pie. Nos alojamos en Blend Lodge and Kitchen, un lodge muy acogedor en plena naturaleza. Pagamos 20.000 kwachas (10 euros) por persona y noche en habitación compartida con literas, baño en la habitación y desayuno incluido. Está vez, ya aprendidos de veces anteriores, contactamos con el alojamiento previamente para ver si podrían esperarnos para cenar. No nos pusieron ningún problema, la cena estaba preparada cuando llegamos. Al día siguiente decidimos hacer una de las rutas para conocer los puntos más interesantes del “plateau”. Desde el mismo alojamiento contactaron con Patrick, nuestro “driver”. Nos llevó hasta Kuchawe, el alojamiento desde el que empezamos la ruta. Le pagamos 30.000 kwachas (15 euros entre los 6) y nos vino a recoger al terminar la ruta.
No teníamos pensado contratar ningún guía para hacer la ruta pero Tomas se nos acercó y decidimos hacer la ruta con él. Le tengo que dar las gracias ya que por él este proyecto tiene un nombre. ¡Gracias Tomas! La ruta fue preciosa, desde Kuchawe bajamos hasta Mulunguzi Dam, una presa que surte a Zomba de agua. Cruzamos la presa (tuvimos que pagar 500 kwachas por persona para poder cruzar) y empezamos la subida hasta llegar a Queen’s View y seguido a Emperor’s View. Las vistas son impresionantes. Después de comer algo rápido en este último punto bajamos hasta William’s Waterfall, un sitio precioso entre árboles inmensos. Yo solo conseguí meter los pies en el agua helada, baño solo para valientes.

Uno de los objetivos de este blog es dar a conocer proyectos, ideas, organizaciones que conocemos en nuestros viajes. Tomas, nuestro guía en Zomba, me comentó que entre unas 10 personas estaban intentando llevar a cabo un proyecto para ayudar a personas en situaciones difíciles (niños huérfanos, personas con discapacidades e incluso personas ancianas). La fundación se llama Nyasaland Charity Foundation. Actualmente funcionan donando distintas cosas según necesidades de las personas, especialmente ropa y comida. Me comentó que les gustaría construir una granja en la que la gente a la que ayudan pudiese trabajar. Me habló de un huerto, de animales y de pesca. En este momento carecían de muchos fondos por lo que el proyecto estaba algo parado. Me pareció un proyecto precioso y ojalá consigan lo que se proponen. Hablamos sobre la posible ayuda futura de voluntarios y le pareció una buena idea. Pregunté si tenían redes sociales para seguir el proyecto algo más de cerca y me dijo que no, pero estaban en ellos. Intentaré seguirles la pista y mantenerte informado/a.
Último fin de semana en Malaui, fin de semana largo, 4 días de descanso. Reservamos estos días para ir hacia el norte, Nkhata Bay y Livingstonia eran nuestros dos destinos pendientes. Primera parada, Nkhata Bay. En la zona se vive principalmente de la pesca aunque está convirtiéndose en un reclamo turístico importante. Nuestra idea era alojarnos en Mayoka Village Lodge, aquí fue donde nos alojamos el año anterior y nos gustó mucho. No tuvimos suerte ya que el alojamiento estaba completo. Nos alojamos en Ndau Lodge. Llegamos por la noche y la tormenta que nos dio la bienvenida fue descomunal. Una de las trabajadoras del alojamiento nos estaba esperando, muy amable nos acompañó hasta nuestras habitaciones. Para nuestra sorpresa nos habían reservado habitaciones dobles con baño privado para cada una de nosotras. Merecido descanso en el lago. También decidimos acercarnos a Mayoka Village Lodge para que mis compañeras/os vieran el sitio y les encantó. Nos prestaron un par de kayaks y tablas de paddle surf y pasamos la última mañana a remojo. Última parada, Livingstonia. Nos alojamos en Mushroom Farm Eco-Lodge, esto si es plena naturaleza. Vistas difíciles de superar. La lluvia no perdonó y pasamos la mayor parte del tiempo en el alojamiento.
Tienen muchísimas actividades, 3 rutas distintas con guía, clases de cocina, clases para aprender a tallar madera o conocer como cultivan café en la zona. Hubiese sido buena idea reservar algún día más para poder disfrutar de todo esto pero no fue posible. Te invitamos a que tu lo hagas. Mis compañeras/os fueron a conocer la catarata Manchewe, el salto de agua más grande de Malaui con 125 metros de altura. Merece mucho la pena ir a visitarla. Hace más de 100 años los locales solían esconderse en las cuevas de la parte trasera de la catarata para huir de los comerciantes de esclavos. La entrada cuesta 500 kwachas por persona. Para cerrar este maravilloso fin de semana largo nos dimos un “full body massage” en una cabaña en la copa de un árbol. Las vistas, os las podéis imaginar. ¿Que más se puede pedir?

Esto es un resumen de las zonas que Jesús y yo hemos visitado en Malaui. Nos encantaría haber despertado en ti la curiosidad y las ganas de visitar el corazón cálido de África.
Enlaces de interés: alojamientos durante nuestra estancia en Malaui
-Cape Maclear: https://www.mgozalodge.com/
-Nkhotakota: https://www.nkhotakota-pottery-lodge.com/
-Zomba: https://blendlodge.com/
-Nkhata Bay: https://www.ndaulodge.com/ y https://www.mayokavillagebeachlodge.com
-Livingstonia: http://www.themushroomfarmmalawi.com/
Los encontrarás a todos en redes sociales (instagram y facebook). También podrás saber más sobre Cape Mac Lodge, Nkhudzi Lodge y Ntchisi Forest Lodge.
Antes de cerrar este post nos gustaría hacerte una recomendación, una película: El niño que domó el viento - un chico que se inspira en un libro de ciencias para construir un molino de viento para salvar de la hambruna a su pueblo en Malaui. Esta basado en la historia real de William Kamkwamba. En la película se muestran realidades presenten aún hoy en el país: el significado de la familia, la importancia del maíz, el día a día de las personas de zonas rurales, la educación de los niños, el hambre, la pobreza, la cultura.