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El Amazonas colombiano

Llegamos a Leticia desde Bogotá en avión.

Información importante cuando quieras visitar esta zona de Colombia: antes de salir del aeropuerto hay que pagar una tasa turística de 45.000 pesos.

Durante nuestra estancia en Leticia nos alojamos en Casa de la Palma. Decidimos caminar desde el aeropuerto, tardamos unos 20 minutos en llegar. Nos quedamos en una habitación privada con baño compartido y desayuno incluido, pagamos 24 euros. Algo positivo a destacar del alojamiento es que nos mantuvieron la reserva sin ningún costo adicional aún llegando un día más tarde de lo previsto (nos cancelaron el vuelo Bogotá-Leticia y tuvimos que hacer noche en la capital colombiana). Nos dimos un chapuzón en la piscina y salimos a comer. Paseando por Leticia encontramos una casa en la que parecía servían comida. Comimos genial, pescado, churrasco, arroz, plátano y ensalada. Con energía renovada exploramos las numerosas opciones que hay en Leticia para hacer un tour al Amazonas. Tras barajar distintas opciones decidimos hacer el Full Jungle Experience de 4 días que ofrecían en nuestro alojamiento. Este tour combinaba actividades en el río con caminatas por la selva. Pagamos 1.330.000 pesos por persona. La tarde la pasamos paseando por Leticia, bajamos a la zona del puerto a ver el atardecer.

¡Empezó la aventura amazónica! Sobre las 11:00 vinieron a buscarnos al alojamiento y bajamos al puerto para comenzar a navegar por el río Amazonas. Pasamos unas 2-3 horas en un bote río arriba hasta llegar a la reserva 5 hermanos, donde pasamos la primera noche. El trayecto en bote fue precioso, pudimos sentir la inmensidad del lugar y la conexión con la naturaleza, una experiencia que realmente pone la piel de gallina. Comimos en la reserva y salimos a navegar por el río en busca de delfines. Tuvimos suerte y pudimos encontrar tanto delfines grises como rosados. Vimos un precioso atardecer en un lago donde pudimos darnos un baño. Volvimos a la reserva a cenar para después salir de vuelta a navegar y tratar de encontrar algún caimán. Pudimos encontrar uno pequeño. Navegar completamente a oscuras por el río Amazonas fue una experiencia increíble.

¡Buenos días desde el Amazonas! El desayuno estaba listo a las 8:30. La idea era salir a caminar por la selva pero el día no acompañó, no paraba de llover y eso complicaba la caminata. Decidimos cambiar de planes y salir a navegar durante la mañana. Nos enseñaron a pescar pirañas, la experiencia fue genial. Pudimos darnos un festín en la comida con las 13 pirañas que conseguimos pescar entre todos. A ambos nos pareció un pescado muy rico, con un sabor muy suave. Tras descansar un rato en la reserva, por fin pudimos salir a caminar por la selva. Nuestro guía Alci nos habló sobre los distintos árboles y plantas que se utilizan en la zona para la construcción de casas, para teñir ropa o como medicamentos. Las explicaciones fueron muy interesantes. Volvimos a la reserva a cenar y salimos de nuevo a caminar por la selva, esta vez en caminata nocturna. Una experiencia muy emocionante. La oscuridad lo envuelve todo y el sonido de la naturaleza se intensifica de una forma increíble. Dormimos en hamacas en plena selva. Una experiencia inolvidable y cautivadora.

Nos despertamos rodeados de naturaleza, inmersos en el corazón del Amazonas. Recogimos las cosas y volvimos a la reserva a desayunar. Nos llevaron a visitar una reserva de animales. Como hemos mencionado en publicaciones anteriores, esto nos genera sentimientos encontrados. Por un lado, apreciamos la importancia de la conservación y protección de los animales. Sin embargo, no podemos evitar sentir un conflicto interno con el concepto de santuarios de animales, ya que creemos que su enfoque puede ser problemático. Nos cuestionamos hasta qué punto estas reservas realmente contribuyen al bienestar de los animales, en lugar de perpetuar su cautiverio. Esta experiencia nos lleva a reflexionar sobre la compleja relación entre el turismo y la conservación, y nos reafirma en la necesidad de promover alternativas más éticas que prioricen la libertad y el hábitat natural de los animales. Volvimos de nuevo a la reserva a comer y salimos hacia Leticia. El último día de la aventura amazónica la pasamos en una nueva zona, con la comunidad Muruy. Salimos caminando desde Leticia hasta la maloca donde pasamos la noche. Esta nueva caminata nocturna también fue genial. Esta vez pudimos ver 2 grandes tarántulas y una serpiente. Tras hora y media de caminata llegamos a la maloca donde Jackson nos esperaba para darnos la bienvenida. Mientras preparábamos la cena Jackson nos habló sobre su comunidad, sobre la importancia que para ellos tienen tanto el tabaco como las hojas de coca, sobre sus ceremonias y cánticos. Todo nos pareció muy interesante. Cenamos y al de poco nos fuimos a dormir en las hamacas.

Nos despertamos sobre las 7:00 y Alci ya nos tenía preparado el desayuno. Sobre las 9:00 salimos con Jackson a recolectar las hojas de coca que utilizaríamos después para prepara el mambe, producto ancestral resultante de la pulverización de la hoja de coca combinada con cenizas de Yarumo. Fue impresionante ver la cantidad de plantas y vegetales que allí cultivan, plátanos y bananos, cacao, yuca y muchas otras frutas y vegetales tropicales. Pudimos recolectar unas cuantas vainas de cacao y degustar la pulpa que recubre los granos. Recolectamos las hojas de coca en nuestras cestas y volvimos a la maloca a preparar el mambe. Tostamos las hojas al fuego y una vez machacadas las mezclamos con la ceniza del Yarumo. Durante todo el proceso, Jackson nos habló sobre el significado que todo esto tiene para ellos, cuál es la forma adecuada de prepararlo y consumirlo y de la relación que existe entre estas plantas y la palabra. Al igual que lo que compartió con nosotros la noche anterior todo esto nos pareció fascinante. Un contraste total con nuestra cultura y estilo de vida, cada detalle nos llevó a reflexionar sobre las diferencias y similitudes que enriquecen esta experiencia. Al terminar, comimos, nos despedimos de Jackson y de su familia y volvimos caminando por la selva de nuevo hasta Leticia. Nos comentaron en el hostal que estaban celebrando el 157 aniversario de Leticia, montaron un escenario en la plaza y allí pasamos la noche disfrutando del espectáculo.

Nuestro último día en Leticia visitamos el museo etnográfico, un museo en el que se divulga información sobre la rica diversidad cultural del Amazonas, poniendo en valor sus costumbres, saberes ancestrales y el patrimonio cultural de los pueblos que habitan esta región. En el siguiente enlace encontrarás un video sobre el museo: “Un lugar de intercambio de saberes que celebra la diversidad cultural del Amazonas” – https://youtu.be/UaSqHI9O46c?si=4JFovsGlMLfmu-IE

Así nos despedimos de Leticia, del Amazonas y de Colombia.

Antes de cerrar el post nos gustaría hacerte una recomendación, una película: 40 días perdidos en la selva - cuenta la historia de cuatro niños de 12, 10 y 8 años, y el menor de 11 meses, quienes tras un accidente de avioneta en el que muere su madre y el piloto, quedan solos y desprotegidos en medio de la selva. Aunque solo hemos tenido la oportunidad de ver el tráiler de este documental, "40 días perdidos en la selva" ha sido adaptada en el documental "los niños perdidos", disponible en Netflix.