Tras unos días en el desierto cambiamos de entorno por completo, nos esperaba el Eje Cafetero. También conocido como el Triángulo del Café, la región del Eje Cafetero abarca cinco departamentos colombianos: Caldas, Risaralda, Quindío, Tolima y Valle del Cauca. La zona ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, destacando tanto por su riqueza cultural como por sus impresionantes paisajes.
Volamos a Pereira desde Riohacha y desde allí en autobús llegamos a Salento. Este pueblo lleno de vivos colores y con un “algo” especial nos enamoró. Normalmente, cuando planeamos nuestros viajes, solemos decidir cuales son los lugares que nos gustaría visitar pero no solemos tenerlo todo cerrado. Nos gusta improvisar e ir sobre la marcha. Con sus cosas positivas y no tan positivas, a nosotros nos gusta viajar de esta forma y suele irnos bastante bien. Esto hizo que pudiéramos pasar en Salento más tiempo del que en un principio pensábamos pasar, y nos encantó.
Los primeros dos días nos alojamos en The Corner Hostel, en una habitación compartida (140.000 pesos por ambos días). Salimos a dar un paseo por la “calle real” o carrera sexta, esta es la calle que te llevará desde la Plaza de Bolívar hasta el Cerro Alta de la Cruz. Las vistas desde este punto son espectaculares. Salento nos pareció precioso, las casitas de colores la hacen especial, te invitan a perderte entre sus calles y rincones. Uno de los establecimientos al final de la carrera sexta llamó nuestra atención, Coco Bowl. Esta es parte de su historia: “Coco Bowl es la visión realizada de Juan, un apasionado backpacker colombiano quien tras un año sabático explorando Asia y enamorarse de la riqueza culinaria decide fundar su propio restaurante en julio de 2019, centrándose en platos saludables con ingredientes orgánicos y en su mayoría provenientes de pequeños agricultores de la zona cafetera de Colombia”. Estos son los sitios que nos encantan. Visitamos el Recinto Gastronómico y de Artesanía de la Plaza de Bolívar, un espacio con variedad de tiendas locales y restaurantes y nos sentamos en Kafé del Alma. Aquí nos contaron que en este establecimiento también utilizan productos locales colombianos y nos hablaron del viche, un licor original de la zona del Pacífico. Difícil de conseguir, este es un establecimiento genial en el que poder probar un cóctel de viche con maracuyá y menta como el que nosotros probamos.


Al día siguiente cogimos un jeep en la Plaza de Bolívar que nos llevaría a conocer el tan famoso Valle del Cocora (pagamos 10.000 pesos por persona ida/vuelta). ¡Comenzamos la caminata para disfrutar del increíble paisaje! Como nos habían recomendado en el hostal donde nos alojamos cogimos el sendero de la derecha y comenzamos la caminata bajando hasta la factoría de truchas y así seguimos hasta llegar a la catarata. Desde allí, cruzando un precioso y frondoso bosque llegamos hasta la casa de los colibríes. En el recorrido se atraviesa una finca privada donde hay que pagar 6000 pesos por persona. Para visitar la casa de los colibríes y tomarnos el merecido chocolate con queso pagamos otros 20.000 pesos. A nosotros nos mereció la pena. Jesús es un apasionado de las aves por lo que tener la posibilidad de ver todos esos colibríes desde tan cerca fue una experiencia muy bonita. Con energía recargada seguimos el camino hacia la montaña, esta es la zona más “complicada” de la caminata, no es una zona difícil pero la subida se hace larga. Una vez se llega a la finca de la montaña ¡todo cuesta abajo y por fin llegamos al bosque de palmas de cera! El paseo nos encantó, el sitio es espectacular y el paisaje maravilloso. De nuevo se pasa por otra zona privada en este tramo de la caminata, en este caso hay que pagar 20.000 pesos por persona. Hacia el final del camino vimos un enorme pájaro sobrevolando las palmas. En un principio pensamos que era un buitre, pero no. No podíamos creer que lo que sobrevolaba nuestras cabezas fuese ¡un cóndor! Fue increíble, nos sentimos muy afortunados. Una vez terminamos la caminata volvimos a Salento.


¡Nos esperaba un nuevo día en Salento! Desayunamos en Concreto Café, un par de cafés, una tarta de tres chocolates y una tarta de queso, ¡perfecto para empezar el día con energía! Ya empezaba a rondar en nuestras cabezas el quedarnos unos cuantos días más en Salento. Decidimos cambiar de alojamiento, buscábamos algo más tranquilo. Probamos suerte en Hostal Palma de Cera y allí pasamos los siguientes 4 días. Nos alojamos en una habitación privada con baño (100.000 pesos por persona y día) y unas vistas increíbles. Pedimos permiso para poder usar la cocina y no nos pusieron ningún problema, ¿que más se puede pedir?
El Eje Cafetero no se llama así por casualidad. Famoso por ser el corazón de la producción cafetera en Colombia, su nombre refleja justamente esa conexión con la tradición y la cultura del café. Hay muchas fincas cafeteras en la zona donde poder conocer como cultivan los cafetos y poder degustar una taza de café recién hecho. Nosotros decidimos visitar la finca de Don Elias, nos lo recomendaron en nuestro nuevo alojamiento. Caminamos durante alrededor de 1 hora desde Salento hasta llegar a a la finca. No nos hizo falta reservar nada, llegamos y enseguida empezamos la visita. Tenemos que decir que para garantizar que puedas hacer la visita, reservar siempre es la opción más segura. Nuestro guía, Don Jesús, nos habló sobre la historia de la finca, el tipo de café que cultivan aquí y la forma en la que lo hacen. ¡Incluso nos cantó una trova, una improvisación de versos cantados originario del departamento de Antioquia! Al terminar pudimos degustar el café que nosotros mismos tostamos. Terminamos la visita y en la misma finca nos recomendaron ir caminando hasta Boquia, bordeando la finca El Ocaso. Así hicimos, caminamos sendero abajo hasta llegar a Vereda el Agrado. Decidimos parar a comer en este pequeño barrio, en el establecimiento Brisas del Río. Nos atendieron genial y comimos muy bien, probamos una hamburguesa de trucha riquísima. Desde allí seguimos el sendero hasta Boquia y subimos caminando por otro sendero pegado a la carretera hasta Salento. Este último tramo no está demasiado bien acondicionado, nos costó encontrar el camino correcto una vez pasado Boquia. Además son pendientes bastante empinadas, con mucha roca muy resbaladiza, entre la vegetación. Si decides seguir este sendero te recomendamos especialmente que no se te haga de noche. Una vez llegamos a Salento salimos a cenar a Tacosmicos, un pequeño local en la calle 2 donde nos comimos unos burritos espectaculares.
Nuestro cuarto día en Salento decidimos ir a conocer las cataratas de Santa Rita. La Reserva Natural de Santa Rita se encuentra a escasos 3 Kilómetros de Boquia. Lo que durante años fue una finca cafetera se ha transformado en un precioso espacio donde numerosas especies de mamíferos, aves, anfibios y otros animales habitan junto con la flora autóctona. La reserva ofrece variedad de posibilidades para disfrutar de la naturaleza: varios senderos con distintos grados de dificultad, posibilidad de bañarse en las cascadas y sus piscinas naturales, clases de yoga e incluso aprender a como se realiza el queso con la leche de las vacas que pastan en sus praderas. Además, la reserva cuenta con un alojamiento en una casa campesina y opción a acampar. Comenzamos la ruta caminando carretera abajo dirección Boquia, seguimos un sendero hasta llegar a la finca La Playa. Cuando decidimos seguir esta ruta leímos que la dueña de la finca no te deja pasar si no pagas ya que parece que la ruta pasa por su finca privada. No estamos seguros de si esto es realmente así, pero nos tocó pagarle 5000 pesos para que nos dejará pasar bordeando su finca. Seguimos el sendero hasta el río (ten en cuenta que si sigues esta ruta tendrás que cruzar el río caminando, el caudal no era demasiado grande y el agua no traía mucha fuerza pero esto puede cambiar dependiendo de la época del año) y al poco de cruzarlo llegamos a la Reserva Natural de Santa Rita. Pagamos 10.000 pesos por persona para entrar en ella. Como ya hemos contado son varias las rutas que se pueden tomar aquí para conocer la reserva, nosotros decidimos tomar el sendero El Silencio, nos tomó unas 2-3 horas completar el recorrido. Una vez llegamos a la última cascada cogimos otro sendero (sendero rojo) que subía a su parte superior y la rodeaba, esto hizo que se nos alargara el recorrido algo más. Este es el único punto de la ruta que es algo más complicado, tanto la subida como la bajada son bastante empinadas y con las lluvias había mucho barro y piedras muy resbaladizas. Pudimos visitar las 3 cascadas, las piscinas naturales y las cuevas. La ruta es preciosa, pura naturaleza. Una vez terminada la ruta volvimos a Boquia a pie y allí cogimos el autobús de vuelta a Salento.
Nuestro quinto día en el Eje Cafetero lo pasamos en Filandia. Cogimos un jeep en la Plaza de Bolívar sobre las 11:00 por 8000 pesos por persona. Llegamos a Filandia al mediodía y dimos un paseo por el pueblo. Nos pareció muy parecido a Salento, con las características casitas de colores. Decidimos visitar el Centro de Interpretación “Del Bejuco al Canasto”. Aquí conocimos el oficio de los tejedores de canastos de bejuco, una labor artesanal que ha pasado de generación en generación en este municipio. Durante la visita, conocimos el proceso de transformación de las fibras del bejuco hasta lograr un producto completamente terminado, productos que se exponen también en el centro de interpretación. La visita nos gustó mucho. Pagamos 5000 pesos por persona. También había opción de hacer y llevarse una pequeña cesta (35.000 pesos).


Otra de las experiencias que realizamos en nuestros días en Salento que nos encantó fue la visita a De Olier Chocolatl. Allí pudimos degustar cada una de las partes que componen el proceso “Bean-to-Bar”, que significa de la semilla a la barra. Además conocimos la historia y el proceso de elaboración del chocolate. Empezamos la degustación probando los granos de cacao fermentados, tostados y hasta la manteca de cacao y el cacao en polvo una vez separados. Fue curioso probar todas las fases previas a la barra de chocolate que todos conocemos. También pudimos probar todas las variedades de chocolate que realizan aquí. Empezamos por los chocolates oscuros, 100%, 85%, 75% y 65%, después pasamos a los chocolates con leche y otros ingredientes añadidos (limón, menta, naranja, maracuyá y coco). Por último los chocolates blancos, con nibs de cacao (recordaba a un chocolate estilo “cookies and cream”), con aguacate y sal y con flor de hibisco. Estos últimos fueron los que más nos sorprendieron. Por supuesto nos trajimos varias tabletas de chocolate e incluso polvo de cacao para preparar un riquísimo chocolate a la taza. Tras la degustación nos tomamos el día relajado, paseamos por Salento y comimos en el Recinto Gastronómico y de Artesanía en Plaza de Bolívar. Descansamos un rato en el hostal y subimos al mirador a despedirnos de Salento. También pasamos por Kafé del Alma para terminar nuestro día en este maravilloso pueblo con un “algo” especial.
¡Adiós Salento! Y ¡Hola Pereira!
Pasamos un día en Pereira, una breve parada antes de nuestro vuelo a Leticia al día siguiente. La intención era estar cerca del aeropuerto para facilitar el viaje. Llegamos a Pereira al mediodía, allí nos alojamos en Apartasuits 21, un estudio cerca de la terminal de autobuses. Aprovechamos la tarde para visitar los termales de Santa Rosa de Cabal. Durante nuestros días en La Guajira conocimos a una pareja de Bogotá que nos recomendó visitarlas y así hicimos. Tarde de relax. Llegamos a Santa Rosa de Cabal en autobús desde Pereira y desde aquí cogimos otro autobús en la plaza del pueblo a los termales. La entrada nos costó 45.000 pesos por persona. Si, como nosotros, haces una parada en Pereira, una visita a las termas es una opción ideal para aprovechar la pausa y disfrutar de un momento de relajación.
Enlaces de interés: página web de la Reserva Natural de Santa Rita donde encontrarás información general y podrás hacer tu reserva – https://www.santaritareservanatural.com/; página web de De Olier Chocolatl, reserva tu experiencia chocolatera y hazte con sus maravillosas barras de chocolate – https://www.deolierchocolatl.com/; encontrarás a Coco Bowl (@cocobowl_vegan), Kafé del Alma (@kafedelalma), Concreto Café (@concreto_cafe), finca Don Elías (@fincafeteradonelias) y Centro de Interpretación “Del Bejuco al Canasto” (@centrointerpretacionbejuco) en redes sociales.